Celebrando que la igualdad de género sea parte de la agenda pública, el gran cuestionamiento es la forma en la que se aborda el tema y las propuestas para alcanzarla.





Suprema resulta la valoración por la igualdad tanto como por las políticas en ese sentido. Sin ser esto una cuestión exclusiva de las mujeres. Un avance para el género femenino pero también un cambio cultural que incluye indefectiblemente al masculino.
Ni todos ni todas somos iguales. Si exigimos respeto, hay que tenerlo hacia el otro. Tampoco se convierte en un horror que haya dos géneros y entonces eliminarlos.
Ambigüedades respecto a los géneros quedan lejos de las resoluciones de fondo y simplemente aparecen como una moda que no identifica absolutamente nada.
Un todos y todas suena un avance en términos de expresiones que incluye a los géneros que la naturaleza nos dio. Después, la inclusión pasa por respetar al otro básicamente: a su condición de género, elección sexual con la consecuente identidad sexual y los vínculos que se deseen establecer.
Ahora, más que como un paso hacia la meta se proponen cuestiones que tienen que ver más con modismos o peleas que distancias y excluyen más que incluir.
Así como en Argentina surgió como moda la utilización del “es” como para no definir si se habla de una mujer o un hombre como, por ejemplo: todes; en Estados Unidos se pretende eliminar términos considerados como sexuados: padre, madre, hijo, hija, etc.
Así lo proponen la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi (D-Ca) y el presidente del Comité de Reglas James McGovern (D-Ma).
La propuesta es eliminar de la cláusula 8 (c) (3) de la regla XXIII del Código de Conducta Oficial de la Cámara, los términos «padre, madre, hijo, hija, hermano, hermana, tío, tía, primo hermano, sobrino, sobrina, esposo, esposa, suegro, suegra, yerno, nuera, cuñado, cuñada, padrastro, madrastra, hijastro, hijastra, hermanastro, hermanastra, medio hermano, media hermana, nieto y nieta”.
Tampoco se podrían utilizar términos como «marinero», se tendría que decir «gente de mar».
El Comité de Reglas señaló que: “Este paquete, que será presentado y votado una vez que se reúna el nuevo Congreso, incluye reformas éticas radicales, aumenta la responsabilidad del pueblo estadounidense y hace que esta Cámara de Representantes sea la más inclusiva de la historia”.
La misma Pelosi dice sentirse «complacida» con estas nuevas propuestas y afirma que estas representan a la mayoría de los integrantes de la Cámara. Ahora queda esperar la reunión y votación del congreso.
Algunas cuestiones claves que deberían tenerse en cuenta es la repetición del mismo mecanismo que se combate. La idea de la inclusión tendría que centrase en el contenido ideológico de la palabra misma y no en más división, agresión, ataques y opresión desde y a ninguno de los sexos, elecciones sexuales tanto como color de piel, raza, etc.
Como así también acá queda en tela de juicio los vínculos que tienen como eje la familia pudiendo conservarse el concepto tradicional aceptándose las variables en cuanto a la composición de las mismas.
Sin duda, este es un tema mucho más profundo para analizar, la palabra familia siempre aparece cuando se trata de los vínculos primarios y la forma de relacionarnos.
El conflicto que plantea todo esto, es hacia donde se quiere ir y que generamos en la sociedad sobre todo en niños, adolescentes y jóvenes que están tratando de definirse en todos los aspectos.
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